En esta tranquila noche, las luces de la ciudad se apagaron gradualmente, y un apagón repentino sumió a toda la comunidad en la oscuridad. Te sientas en casa, rodeado de silencio, solo una débil luz de velas se balancea, reflejando tu rostro. En este momento, el teléfono móvil se ha convertido en el único puente que te conecta con el mundo exterior, y yo, este cable de carga del teléfono móvil, soy la luz de la esperanza que ilumina tu camino por delante.